Viernes, 22 de agosto de 1986.
Tengo 10 años.
Este Maverick es mi ídolo. Veo cómo cabalga en su pájaro de acero y tengo claro que quiero ser piloto. En cuanto llegue a casa se lo voy a decir a papá a ver si se vuelve a reír como el otro día, cuando le confesé que quería ser boxeador. Dice que según la película que vea quiero ser una cosa u otra. Me ha prohibido ver Tootsie. No entiendo nada, pero esta vez es la definitiva. Quiero ingresar en Top Gun y ser un máquina como Tom Cruise.
» Su ego extiende cheques que su bolsillo no puede pagar.
Tom Cruise
Clavado a la butaca, no me pierdo ni un detalle de la película y como soy un chaval la escena de la playa me parece viril y muy chula, creo que me voy a peinar como Ice Man la semana que viene a ver qué tal. Tengo diez años, pero no soy tonto, me gusta ir a la última. Y Ice-Man, aunque es el malo tiene un peinado molón.
Se me han acabado las palomitas justo en el momento en que Goose muere. No quiero llorar porque mis padres me han obligado a cargar con mi hermano pequeño —que no se entera de nada— y no es plan. Se hurga la nariz en busca de un buen centollo. No puedo evitarlo y justo cuando Maverick agarra el cuerpo inerte de Goose, se me cae una lágrima y un suspiro de emoción se escapa de mi pecho. Mi hermano se gira y me pregunta por qué lloro. Le doy una colleja fuerte en la nuca y le informó de que no estoy llorando, que no sea gilipollas.
─¡Has dicho gilipollas! ¡Vas a mamá!─ me amenaza mientras me señala.
Le doy una segunda colleja que le levanta el culo de la butaca y le ordeno que siga viendo la película. Le explico que como diga algo en casa le corto las pelotas. El de la fila de atrás nos pide silencio de mal humor así que pido disculpas y le explico que mi hermano pertenece a una asociación nepalí de niños con testículos pequeños. El hombre se ríe tanto que casi se atraganta con las palomitas y me dice que de acuerdo, pero que nos callemos.
¡Cómo vuelan esos aviones!¡Es increíble!
Ser el mejor de los mejores significa cometer errores y continuar.
Kelly Mcgillis
Ahora suena Take my breath away que ponen en la radio a todas horas desde hace un mes. Hay una escena de besos así que le pongo la mano en los ojos a mi hermano para que no la vea, pero me muerde. Otra colleja. Dura poco y no se ve nada, entre los dos no le hemos visto ni una teta a la profesora de Maverick. Es un poco raro este tío. Yo tengo una profe nueva en el cole, una señora que se llama La Morales, pero si me quisiese enseñar una teta no habría avión suficientemente rápido para alejarme de ella.
La batalla final me pone los pelos de punta. Definitivamente quiero ser piloto. Y la música con la guitarra eléctrica me encanta, por lo que a mí respecta podrían poner ese himno y no el nuestro cada vez que juega la selección española. Es muy inspirador y épico; anima a empezar un nuevo proyecto, a ser valiente y encarar el futuro sin miedo, con la cabeza alta y…
─Me hago pis─ dice mi hermano.
─Aguanta un poco que está acabando.
Al final Maverick y Ice-Man se hacen amigos. Este Maverick también es tonto, pero bueno como es el mejor sus motivos tendrá para no cruzarle la cara al hombre de hielo. Me vuelvo a emocionar y le suelto una colleja a mi hermano porque sé que algo iba a preguntar. Los títulos de crédito comienzan y las luces se encienden.
─¡Me ha encantado! ¿Y a ti?
─Que me hago pis…
─ ¡Cómo volaban esos aviones! Perdón por la colleja.
─Me diste tres…
─Pues perdón por la primera. ¡Genial este Maverick ¿eh?!
─¿Quién es «Marevick»?
Lo dicho, no se entera de nada. Le doy la mano y salimos del cine.
Esa noche sueño que piloto yo, que Goose está vivo y que soy el mejor con diferencia y sin deferencia. Lo celebro cantando The Final Countdown con Iceman y mi hermano mientras el señor que nos pedía silencio en el cine aporrea la batería. De repente escucho Take my breath away de Berlin, suena el timbre de la puerta y el bar se transforma en mi casa, por arte de magia. Es la Morales con ropa de cuero y un látigo.
Grito y cambio de opinión.
No quiero ser piloto.